Todo parado en todos lados
Sección Teatro - Revista Llegás
Teatro

Todo parado en todos lados

por Lilian Sprovieri

7 de julio de 2025

La ruta corta en dos el paisaje de la pampa. Un problema técnico detiene el auto. La pareja que viene de la ciudad estaciona en la banquina. No tienen más opción que pasar la noche en un pueblo intrascendente hasta que llegue la grúa. Gracias a la suerte, alguien tiene en alquiler una habitación de su casa. Lo que para una pareja feliz puede ser una eventualidad que admite cierto humor, para una pareja que está mal es el infierno, y ellos son las llamas. Un tercero, el hombre que les alquilará el cuarto, operará de intermediario pasivo-activo en el drama que de a poco irá creciendo entre los personajes. 

Para quienes como yo leyeron la sinopsis, o pronto se enteran de que algo ocurrirá en ese pequeño fragmento de espacio escénico, parece imposible creer que el drama puede ascender hacia tantas aristas y posibilidades, pero les aseguró que lo hará. Así también contribuye la escenografía, cuando sin una sola falla en la narrativa me presenta lo que sin dudas es una habitación de hotel. La teletransportación ha sucedido, creo que lo mejor es quedarme quieta en mi asiento, porque el compromiso con estos personajes se asumirá rápido y mi atención estará a merced de la tensión creciente. 

Marcia es una actriz conocida de telenovela. No puede lidiar sanamente con su vínculo afectivo ni con los rudimentos de la habitación ni con ella misma. Su inflexibilidad es evidente. Ante la adversidad procede de forma poco empática. Quien intenta llevar adelante la situación es Marcos, un empresario importante de la industria de la carne. 

Maneja el Alfa Romeo que arrastró hasta la puerta del hospedaje. Está agotado física y mentalmente. Su teléfono móvil suena con llamadas de trabajo, pero él había prometido entrar en modo vacaciones y es a ella a quien se lo prometió. Cada vez que la tensión crece entre la pareja aparece Nelson. 

Un hombre nacido y criado en ese pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires los hospeda y oscila entre ser amable y ligeramente entrometido. Cuando ve a Marcia, la reconoce de inmediato, sus ganas de acercarse a la pareja se redoblan. Ahora quiere ayudarlos, conocerlos, y, también, por qué no, sacarse una foto. Su presencia incomoda pero a la vez resuelve. Cuando la pareja aún no había llegado a la casa, tenía la mirada perdida en un noticiero. Afuera, y en todas partes, dentro del televisor y en la psiquis de cada argentino está sucediendo diciembre de 2001. Cacerolazos y estruendos suenan ante la ingenuidad y la perplejidad de quienes aún no comprenden bien el presente histórico que están transitando. 

Este contexto sociopolítico opera como factor limitante. El país está parado y para los personajes, que quieren escaparse de sí mismos, Argentina es un obstáculo. Al mismo tiempo la actriz se hace real para Nelson. Ella, un personaje famoso, ahora transita su cotidianidad y no una pantalla. La relación entre lo público y lo privado es uno de los temas que estructuran la obra. El nivel simbólico de cada acto y de cada objeto que se inserta en una coyuntura más grande, nos da la ilusión de lejanía pero en efecto se inscribe directamente en la vida de estos personajes.

En el ámbito privado de Nelson hay una bebé recién nacida, su esposa está en otra habitación de la casa. La escuchamos pero no la vemos y pronto se va por los gritos de Marcia y Marcos. Ellos también quieren un bebé, pero la infertilidad y una débil salud mental los atraviesan. Su forma de relacionarse va del amor urgente y desesperado al maltrato físico y verbal. La obra también nos propone una autoreflexión. La conducta del vínculo heterosexual de estos personajes puede resultarnos familiar o distante pero es definitivamente una buena muestra de cómo se naturalizaban estos tratos hace más de veinte años. Hoy, con mayores herramientas del discurso en el sentido común, se vuelve interesante repensarlo. 

En cada lugar del mundo, en este instante es una obra dramática con chispazos leves de comicidad, que interpela e invita a cavilar luego de terminada la función. Las actuaciones son de lo más valioso que posee y la historia está plagada de giros inesperados perfectamente enlazados en pos de la unidad y la verosimilitud. Para quienes no pudimos sentarnos derechos ni un segundo, la rematerialización en 2025 resulta dificultosa. Hay que levantarse del extremo de la silla y bajar a la Argentina contemporánea. Sospecho que quizás, en ese simple acto, entremos de nuevo en el juego de la comparación y la reflexión. 

Foto: Mariano Martínez

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EN CADA LUGAR DEL MUNDO, EN ESTE INSTANTE
Intérpretes: Lucas Delgado, Manuela Fernández Vivian y Damián Smajo
Dramaturgia y dirección: Martín Mir

TEATRO VERA VERA
Vera 108
Viernes 20 h
Horario de JULIO Y AGOSTO

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