El cine de Francisco Lezama es un artefacto extraño en el aletargado panorama del cine argentino contemporáneo. Ya muy lejos de lo que alguna vez la crítica denomino como nuevo cine argentino los cortos de Lezama son en una primera lectura superficial lo suficientemente crípticos para mantener una distancia con un espectador promedio pero cuando ajustamos la mirada comenzamos a observar rasgos de autor que hacen que sus poderosos artefactos ficcionales resuenen de un modo distintivo en la escena del cine local. Un movimiento extraño es su última película y la misma se llevó el oso de oro en la última Berlinale.
Si pensamos la obra de Lezama como un tríptico compuesto por La novia de Frankenstein y Dear Renzo (co-dirigidos con Agostina Gálvez) y un movimiento extraño el producto final es un universo extrañado en el que los protagonistas están atrapados en la asfixia de lo real. Su cine nos muestra el contraste entre un presente atravesado por los flujos económicos y la timba financiera que operan como contrapunto al escape que produce el amor en oposición a la búsqueda de un encuentro que no esté basado en la maximización de la ganancia. En los tres cortos los personajes se vinculan con trabajos atravesados por la fluctuación del dólar por eso la visualización del tríptico completo nos saca del estado de estupor que nos genera verlos por separado. De alguna manera Lezama cruza planetas cinematográficos con una pericia infrecuente. En su cine converge la dulzura propia de la comedia clásica, el devenir azaroso del cine de Eric Rohmer y la aridez en relación a las indagaciones monetarias en esa obra maestra absoluta que es “ El dinero” de Robert Bresson.
En un movimiento extraño el humor funciona como un meteorito en tanto fuerza inexplicable de la naturaleza que viene a atacar las convenciones del tejido social. El cine entonces opera como aparato destructor de un orden establecido que debe ser sacudido para que los sujetos puedan sobrevivir ante tanta pulsión destructiva.
Un movimiento extraño nos muestra el funcionamiento de la ciudad. Casi podríamos pensar que la ciudad es la gran protagonista del film y los personajes son actores circunstanciales sobre los cuales Lezama posa su mirada. La película inicia con Lucrecia (una heroína silenciosa) llegando a su trabajo en un museo de arte una mañana cualquiera y siendo rápida, absurda y cruelmente despedida. No hay razones y tampoco hay nada que hacerle pero Lucrecia sobrevive cambiando su indemnización por dólares. Salir victoriosa gracias al flujo monetario es la manera que tiene Lezama de darle una victoria precaria pero victoria al fin a su criatura. En la casa de cambio donde se realiza la transacción monetaria Lucrecia se siente subyugada por un rostro visto anteriormente. Ese encuentro conmocionante también es directo y brutal pero de alguna manera ese encuentro pareciera funcionar como un antídoto contra la crueldad con la que inicia el film. Ante el poder deshumanizante de su empleador la lógica del encuentro con “un otro” pareciera ser lo único que le queda a Lucrecia y a todos nosotros para subsistir como especie. Como dice el protagonista de Noches blancas al finalizar la hermosa novela de Dostoievski: ¡Dios mío! ¡Solo un momento de bienaventuranza! Pero ¿acaso eso es poco para toda una vida humana?
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Un movimiento extraño (Argentina, 2024)
Domingos 20 y 27 de octubre a las 18hs en el Malba
Guion y dirección: Francisco Lezama
Elenco: Laila Maltz, Paco Gorriz, Susana Pampin, Eugenia Alonso, Marcela Guerty, Cecilia Rainero, Sofía Palomino, Jorge Prado, Alejandra Russek, Guillermo Massé.