Llegas interiores: Noemí Frenkel
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Teatro - Notas

Llegas interiores: Noemí Frenkel

Conociendo los horarios del sol

25 de mayo de 2021

Tercera entrada de esta serie de entrevistas que invita a revisar la Experiencia 2020 y su impacto en el mediano plazo, en el día a día, y también en la subjetividad a través de la que miramos el mundo. En este capítulo, Noemí Frenkel nos comparte un viaje que, visto de afuera hacia adentro, le hizo prestar atención al camino del sol.

 

- Intentando sintetizar, ¿cómo te pegó lo que empezó en 2020?

De mil millones de maneras. Con preocupación, con estupor, con angustia, con reconocimiento de recursos internos que por ahí no utilizaba diariamente, tuve necesidad de apelar a ellos. Con una conciencia muy fuerte de cuán importante es el contacto físico, ratificar eso, ese sentir. En mi caso vivo sola, así que todo ese tiempo de no poder ver a nadie fue fuertísimo. Y tuve que encontrar otra manera de sentir el abrazo, el contacto, el amor, desde un lugar más … no sé, astral, ja. También con la consciencia de que necesitaba, más allá del primer palizón de que se fuera el ritmo habitual de la vida a la miércoles, la necesidad de encontrar un ritmo interno y de prácticas, una cierta disciplina de vida para que no me llevara puesto el tsunami. Y con mucha preocupación con respecto a lo social, con mucha preocupación con respecto a las violencias, y bueno, esa sensación de gran impotencia, de no poder salir a la calle a marchar, a militar… Dentro del movimiento feminista yo venia estando muy activa y encontrandoo que eso no lo podíamos hacer.

- Cuando comenzó la pandemia, ¿cuánto imaginaste que duraría?

La verdad que no pensé cuánto duraría, pero jamás imaginé que estaríamos todavía en esta situación. Supuse que duraría cuarenta días, como mucho, la palabra cuarentena… inimaginable.

- ¿Qué cosas buenas -si alguna- le encontraste?

Lo bueno, por un lado, esto de apreciar más los vínculos y el amor por la naturaleza, como revalorizarlo aún más, porque fue lo que más extrañé, estar en la naturaleza, (durante) el tiempo de encierro. Y el hecho de que estudié mucho, cursé ocho materias de la facultad, algo que de no tener ese tiempo no lo hubiera hecho. Me refugié en concentrarme más en algunos proyectos que requerían de estar en casa, estar trabajando en la computadora, así que en ese sentido eso fue positivo porque terminé de escribir mi novela, cerré el manuscrito de mi libro de poesía. Todas esas cosas, probablemente, de haber podido salir y hacer otras cosas, no lo hubiera podido hacer.

- ¿Tuviste cambio de hábitos, cuáles?

Una cosa interesante que me paso como hábito fue que empecé, yo hace no tanto que me mudé al departamento en el que vivo, y fui conociendo perfectamente los horarios en que el sol daba en las diferentes ventanas, por dónde entraba, cuándo podía tomar sol, abriendo la ventana a qué hora… Todas esas observaciones fueron hábitos nuevos que desconocía, como también hacer caminata en la terraza del edificio, o mirar a los vecinos, salir al balcón a observar a los vecinos, a la gente que salía a sus balcones. Todos esos hábitos no los tenía para nada, creo que casi no conocía a mis vecinos del edificio de enfrente y empecé a identificarlos.

- Si conservaste tu trabajo, más allá de si lo hiciste o no desde tu casa, cambió tu tarea específica?

Como soy actriz y mi trabajo es freelance, como siempre, y más recrudecido, tuve que afrontar este tiempo sin poder trabajar, que ya conozco de la profesión. Pero bueno, en una circunstancia en donde esto nos sucedía a todas, todos y todes les actores.

-  ¿Vivías económicamente de actuar, dirigir, dar clases y/o derivados de la actividad?

Yo vivo de mi trabajo, de mis ahorros, de algunos otros recursos económicos a los que puedo apelar, y por eso no me morí de hambre, porque no pudimos trabajar la gente de la cultura prácticamente, y no recibimos asistencia estatal tampoco. Así que muy dura esa situación.

- ¿Qué pensás de las salidas que adoptaron la comunidad y las instituciones, al no poder realizar teatro presencial? (Modos híbridos, Concurso Nuestro Teatro del TNA, Transmisiones online, Teatro por Zoom, Whatsapp, Convocatoria multiformato FIBA, etc).

Mi opinión, por un lado, les artistas siempre buscamos la manera de poder manifestar y comunicarnos con el público a como dé lugar, y en ese sentido siempre aparecen las herramientas, la creatividad. Desde el punto de vista institucional, opino que si siempre les artistas no somos considerados trabajadores, no se nos tiene en cuenta… se especula con nuestro deseo de trabajar, y se supone que vivimos de… bueno, no me sale ahora la expresión, pero no necesitamos comer, no tenemos las mismas necesidades que los otros seres humanos. Desde el punto de vista institucional, empezando por el Ministerio de Cultura de La Nación, en CABA también, me parece una vergüenza que no se hayan implementado proyectos, modalidades de trabajo genuinas, dignas, o ayudas suficientes, sino algunas limosnas; que no se haya pensado en las fuentes de trabajo audiovisuales, que los artistas no cobramos derecho de intérprete por todo lo que se pudo pasar por plataformas. O sea, todo eso me parece indignante, me hace sentir muy triste por el no valor que se le da en esta sociedad a la cultura, a les artistes. Y que directamente no se hable ni se nos considere. Y tanto desde los teatros oficiales, los festivales… todo eso me parece realmente indignante, que siempre se crea que somos les artistas los que tenemos que financiar que exista la cultura, a pulmón, poniendo nuestra plata, nuestro tiempo, nuestra energía, y no teniendo retribución por eso. Todo eso es un tema que me vuelve loca, directamente.

-  ¿Cuál es tu opinión del teatro como actividad esencial?

Creo que el teatro es esencial, como son esenciales tantas actividades. No creo que podamos ser egocéntricos en ese sentido y comparar qué es más esencial que otra cosa, pero sí necesitamos los rituales, necesitamos la ceremonia, necesitamos el arte como sociedad, como personas, como humanidad. Y en ese sentido el teatro no pierde su valor sino todo lo contrario. Eso es lo que me aparece como pensamiento. Y creo que a través de protocolos se podrían generar muchos más eventos teatrales, no sólamente por iniciativa de empresarios sino también por las instituciones, el teatro debería estar en las plazas, en las calles, encontrar la manera de que siga funcionando y que les artistes podamos también vivir de esa actividad.

- ¿Qué significa para vos la esencialidad?

Esencialidad es una palabra que... no entiendo su alcance, no me representa algo específico. Creo que es esencial que haya una sociedad más justa, que no prime una codicia para todo. Es insoportable el mundo que hemos construido como humanidad y me parece esencial un cambio en las condiciones de vida. El planeta lo está diciendo, las condiciones de vida lo están diciendo, el hambre, la desigualdad, la injusticia, la violencia, la necedad en la que estamos viviendo… Me parece esencial repensarnos, me parece esencial transformarnos. Pero bueno, esos son deseos más que una opinión o una idea.

- En términos de cosas a las que le atribuís importancia, ¿la escala de valores se mantuvo igual que en la pre-pandemia, o se alteró? ¿Cómo describirías ese proceso?

Como escala de valores que se alteró, primero sí, por ahí la prioridad de la salud, que no la tenía tan en primer plano. Reconocer el don de respirar, de tener aire en los pulmones… es como que se agrandó esa conciencia. También el buen trato hacia mí misma, el estar mucho más atenta hacia esa gentileza cotidiana hacia mí, ese autocuidado, pero no sólo paranoico para no contagiarme, sino bueno, tanto encierro, tanto contacto, intimidad conmigo misma me llevó como a priorizar mucho más ese buen trato hacia mí. Como dije también en otra respuesta, la importancia de la naturaleza y el militar por el medio ambiente, como que cobró más relevancia en mi conciencia. Y también el valor de la virtualidad, de las redes sociales, que yo siempre las miré bastante de soslayo, y bueno, encontrar su valor como un medio para estar comunicada, para estar presente, para decir hola, para interactuar con el mundo.

- ¿Con qué cosas nuevas -cotidianas o no tantas- te quedás de lo que llegó en pandemia?

De ánimo estoy muy bien, creo que uno de los aprendizajes también es a no futurizar, estar mucho más en el presente, tener paciencia, no poner expectativas, en tal momento ya se va a poder hacer tal cosa u otra… Redoblar  la creatividad para el día a día y para llevar adelante las metas personales; redoblar el compromiso social con el activismo, con la militancia a como se pueda. Y estar atenta a los demás, a los seres queridos y a lo que pasa a mi alrededor, sean vecines, sean personas con las que me cruzo, tratar de irradiar algo luminoso, algo positivo en medio de tanta negatividad, tanta muerte y tanto dolor. También abstenerme de discusiones estériles, de debates inconducentes. Y bueno, con muchas ganas... valoro tanto poder salir a la calle y caminar, o poder tomar un café en una esquina. Esto de ver que de alguna manera encontramos la manera de funcionar, aunque sea de esta forma tan disfuncional, de esta humanidad que compartimos.

- ¿Alguna reflexión que quieras agregar?

Son varias las reflexiones. Una es reconocer que a mí me toca un lugar de privilegio por tener condiciones tanto habitacionales como afectivas y recursos para sobrevivir en buenas condiciones… amables condiciones a pesar de lo hostil de la realidad. Y reconocer el colmo de la desigualdad en la que vivimos, no para vivirlo con culpa pero sí con conciencia. Y así como hablamos desde el feminismo, de que los hombres en este mundo patriarcal tienen ese lugar de privilegio que hay que desnaturalizar, también desnaturalizar los privilegios de clase, los privilegios de cultura, de lugar social de los que yo también disfruto. Esa es una reflexión. También, bueno, es tan difícil en esta mar de confusiones mediáticas, de informaciones, de fake news... lo difícil que es filtrar y encontrar por ahí una información creíble, una información cierta, y en esa dificultad en algún momento soltar. Yo al principio  miraba mucho, yo qué sé, todas las teorías conspiranoicas también, que en un punto no las descarto todas, toda esta cosa de que todo el mundo se tiene que vacunar y tenemos que vivir todos vacunados sino no podés salir a la calle… No entendemos un montón de intereses que están detrás de todo esto que se está articulando en el mundo, gracias o por la pandemia. Pero bueno, frente al desconocimiento o a la imposibilidad de saber, yo por lo menos tratar de discernir en el aquí y ahora y elevar la vibración, no dejarse invadir por tanta locura, histeria, odio, enojo, miedo, porque eso lo que hace es que nos enferma mucho más. Eso es lo que puedo reflexionar ahora.

 

25/05/2021

Vera Czemerinski Autor
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