Into the Groove
Sección Danza - Revista Llegás
Danza

Into the Groove

Surgida en pleno confinamiento, Grub el nuevo espectáculo de Ana Frenkel, busca reconectar el cuerpo con una vitalidad que parecía perdida.

7 de junio de 2022

‘Grub’ es una argentinización de la palabra ‘groove’, literalmente traducida como ‘surco’, ‘ranura’ o ‘estría’, asociada a la música en Estados Unidos, a fines de la década de 1930. La frase ‘in the groove’ [en el surco] designaba “una forma de tocar de manera ajustada, satisfactoria y muy rítmica que tendría la capacidad de conducir el movimiento de los espectadores de manera contagiosa”. ‘Estar en el surco’ es como decir que se está ‘en el lugar correcto’[1].

En el surco está Grub, obra de movimiento dirigida por Ana Frenkel en codirección con Carolina Borca. Una creación atravesada por la pandemia que llegó para moverte: “me dije, es el momento para hacer esta obra porque la gente está muy triste, con mucho miedo y poco estímulo vital, amoroso y tribal. Necesitamos inyectar eso, promover esa unión de las personas, alentarlas”, nos cuenta Ana que recuerda que el hecho de estar trabajando con su hijo, el cantante Louta, la motivó: “el encuentro con mi hijo me despertó ese vínculo primario entre la música y la danza, sencillo y potente, me reenamoré de esa energía y dije voy a hacer un espectáculo de danza, voy a trabajar con bailarines, con esa raza que tiene la música en el cuerpo. Ese fue el germen del espectáculo”.

La pandemia puso en pausa al mundo y muchxs artistas vieron sus obras atravesadas por la cuarentena y sus confinamientos. Algunos procesos fueron realmente movilizados por el nuevo escenario mundial y los efectos que iba teniendo la situación de encierro sobre las personas. Ana Frenkel, como directora, coreógrafa y bailarina, también fue afectada por el contexto. “Yo practico budismo y la práctica que hago profundiza cómo alentar a las demás personas, poder ser feliz uno mismo y uno en los demás. Durante la cuarentena estuve mucho tiempo practicando budismo y sentía de corazón el poder dar algo de mi arte, de eso que tiene la música en el cuerpo”, explica mientras sostiene que lo más importante es vincularse con esta idea de que la cultura y el arte tienen una misión social: “uno tiene la responsabilidad de hacer en relación al deseo como artista para darle al otro. En las situaciones sociales en que la gente está mal, tan comprimida, uno tiene la posibilidad de despertar y decir. La humanidad está pasando por una crisis fuerte al poner las ideas por delante de lo que es la relación humana con el otro, la solidaridad; por eso acá proponemos bailar, verse, sentir que sos el otro al mismo tiempo; y eso tiene que ver con los rituales”.

Frenkel fue una de las integrantes de El Descueve, un grupo independiente de danza nacido en 1990 que impactó en la escena local por su fuerza vital, arrojo, juventud, entrenamiento, y que continuó por más de 15 años en actividad. “El Descueve nació de un impulso muy juvenil, de hacer algo propio, de crear desde la expresión personal, crear códigos, crear un lenguaje. Esa es la médula de El Descueve. Hoy Grub es eso, un código inventado nutrido por lo que cada bailarín trae, un código de una danza que es popular, muy accesible para cualquier persona que lo ve”, indica Ana y añade que los intérpretes de Grub tienen la edad de cuando ella inició, son muy profesionales y de distinta procedencia en la danza.

A este grupo de bailarines los eligió haciendo un gran casting por video a finales del 2020: “Fue un proceso hermoso porque nos pusimos a investigar juntos y era muy emocionante trabajar por zoom, rarísimo y re íntimo hacer la investigación en sus casas, bailando en los livings, trayendo canciones, contando sobre sus danzas; fue fuerte. Siento que Grub es un aliento, trabajar con jóvenes es maravilloso”, puntualiza enérgica y agrega que crearon con la idea de mostrar lo que es el placer, lo esencial y vital que es bailar, lo poderoso de ese ritual.

La coreógrafa siente que vive la danza como algo inevitable y maravilloso, y que la música es algo esencial en el cuerpo, por lo que sumó como gran aliado desde el principio al músico Diego Vainer, quien trabaja hace décadas en proyectos de danza y también formó parte esencial de El Descueve. “Pensamos hacer un espectáculo donde danza y música fueran juntas; para mí esa obra musical que compuso Diego es increíble. Hay muchos latidos del corazón, como algo simbólico, de dejar que ese corazón se abra, es decir, poder sentir a las otras personas, empatizar. Eso es vida. Después se sumó Diego Seldes en las luces, que es otra pata sensorial fuerte. Esas tres patas te dejan la posibilidad de abrir un espacio sensorial, no lógico de la narrativa”.

Para finalizar seguimos el surco de la obra que, según nos expresa la directora, busca despertar la potencia inherente que tenemos las personas porque la música está en el cuerpo, que transmite algo tan concreto como transpirar, moverse, entrar en el ritmo de la música que es el pulso vital del universo, “como algo real, con un tempo que tiene que ver con estar vivos, un pulso que a veces se apaga, por miedo y que no se expresa del mismo modo cuando uno tiene 20 que cuando uno tiene 60, pero que es el mismo pulso”.

Un pulso que Ana lleva ‘in the groove’, junto a la vitalidad y la potencia del ritual humano que todo el equipo contagia en el escenario.

GRUB: Intérpretes: Ares Barrios, Lucía Cuesta, Nahuel Delgado, Felipe Figueroa, Vicky Machta. - Diseño de vestuario: Alejandra Robotti.- Diseño de luces: David Seldes.- Música original: Diego Vainer.- Asistencia de dirección: Manon Minetti.-  Producción ejecutiva: Silvina Silbergleit.- Codirección: Carolina Borca.-  Dirección general: Ana Frenkel.-

Viernes y Sábado - 21:30 hs – hasta el 02/07/2022

Centro Cultural General San Martin.- Sarmiento 1551 Web: http://www.centroculturalsanmartin.com/


[1] Lisa Di Cione “Del vinilo al amor: algunos usos locales, musicales y estéticos del concepto de Groove”, en Boletín de la Asociación Argentina de Musicología, Año 28, Nº 69.

Dulcinea Segura Autor
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