Con más de quince años de trayectoria dentro de la comedia porteña el grupo Sutottos, compuesto por Andrés Caminos y Gadiel Sztryk, se abren camino investigando temas universales para volcarlos a escena con su marca registrada que es el humor.

Perdón, la nueva obra de la compañía, cuenta la historia de dos amigos con más de cuarenta años que se juntan para hacer nuevamente la escuela primaria.

Dialogamos Andrés y Gadiel para que nos cuenten cómo trasladan al escenario temas como la culpa, el miedo, las fobias para transformarlos en risas.

¿Cómo surge la idea de la obra?

Gadiel Sztryk: Esta es la octava obra que hacemos y siempre salen de una temática en común que tenemos ganas de trabajar, nunca sabemos muy bien qué situación nos va a atravesar sino las ganas de meternos en un tema. Con esta obra, teníamos ganas de investigar la culpa, que era un tema que nos interesaba y ahí surgió la amistad ligada al amor, ya que el amor esta más ligado a las parejas. En un momento, empezamos a escribir, improvisar nos divertía mucho y se armó la obra. Nosotros trabajamos sobre el absurdo, eso nos da un marco, nos permite encontrar un lenguaje particular para jugar con el cuerpo, con los gestos, eso que nos gusta hacer.

Andrés Caminos:  El espectáculo anterior, Inestable, hablaba de los miedos, fobia, ansiedad y eso nos hizo entender la forma de armar nuestras obras. Eso nos da una base de donde nos gusta pensar la forma de crear. Nos dimos cuenta que son cuestiones muy existenciales. Y como para este había surgido la idea de la culpa… lo unimos con la amistad y seguimos por ahí. Y en un momento lo definimos: son dos amigos que se vuelven a encontrar, después de muchos años y hacen una reunión de reencuentro pero son ellos dos solos, no con todo el grado. Para nosotros tiene que ser posible, no buscamos que sea real el contenido de la obra. En nuestra obra anterior, Inestable no está definido el vínculo, pero sí está definido el espacio, en esta obra (Perdón) está definido claramente el vínculo de dos amigos que se quieren reencontrar. 

Las temáticas son universales, digamos…

Andrés: Tenemos una visión popular en lo que hacemos, buscamos que el espectador, no sea solo el que está vinculado a lo teatral. Entonces, por eso la idea de la obra es la de una fiesta a la que el público está invitado a participar.

Gadiel: Si, las temáticas son inherentes a la condición humana: la amistad, el amor, el miedo, las fobias. En este momento, la obra la hacemos acá, pero funciona en cualquier lado. En España, Chaco o lugares que nunca nos hubiéramos imaginado estar y atraviesa de distintas formas a mucha gente.

Haciendo humor también se puede ser profundo, claramente…

Andrés: Nosotros nos hacemos cargo de la risa que genera pero hasta ahí. Lo que más nos convoca a armar los espectáculos. Investigar de qué queremos hablar. Para eso ensayamos, pensamos, cuando entra nuestra mirada desde la dirección, que la hacemos nosotros mismos, ahí nos damos cuenta de lo que está pasando, reflexionamos sobre lo que pasa, sobre nuestro lenguaje y ahí nos damos cuenta que tiene que ver con el humor.

Gadiel: Para mi es una manera de ver el mundo y que es aliviadora, tengo un lugar para ver las cosas de otra forma, inclusive, para ver el teatro, sin solemnidad y sin automatismos. Como decíamos antes, tocamos temas universales con una mirada irónica. 

¿Cuál es el espíritu de girar con la obra?

Andrés: Nosotros nos conocemos desde hace muchos años y nos unen las ganas y el deseo de hacer teatro. Hace un tiempo que se empezó a dar que podemos viajar, tanto al interior del país y al exterior. El deseo genuino es de poder hacer la mayor cantidad de funciones posibles. Bastante simple y complejo a la vez poder vivir de la actividad. Asimismo, nos alimenta para ver cómo funcionan ciertas partes de los espectáculos y nos hace reflexionar sobre nuestro material. Una lectura para modificar y hacer cosas nuevas. Y la verdad, es que nos gusta subirnos a un avión para viajar porque disfrutamos de hacer lo que hacemos. Siempre creemos que la función que viene va a ser la mejor función.

Gadiel: Siempre nos interesó circular y no hacer funciones solo en teatros, hicimos funciones en cárceles o lugares no convencionales donde habitualmente no se hace teatro. Lo que nos interesa también es poner nuestros materiales a prueba en otros sitios. Nos ha pasado en lugares donde dijimos “hay que bajar el ritmo”. Y eso es aprendizaje, nos sirve porque es algo nuevo que mantiene vivo nuestros espectáculos.

¿Cuáles son sus referentes?

Andrés: Capusotto… El Chavo…. Los Monty Python, nos gusta mucho lo que hacen. Otro referente es Saborido, con quien tuvimos una charla hace un tiempo más allá de lo creativo, nos hablaba del cuidado que hay que tener con la profesión, porque un día estas allá arriba y al tiempo caes, eso nos hizo más fuertes para estar ubicados en disfrutar lo que nos gusta hacer. Otro gran referente es Daniel Casablanca, que además es nuestro amigo, familia diríamos. A los 16 años fuimos a ver a Los Macocos y nos voló la cabeza, de ahi tomamos clases, nos hicimos amigos y después dirigió dos de nuestros espectáculos.

Gadiel: Les Luthiers que para mi es el fenómeno más masivo en el teatro del siglo XX. Nos gusta y además sostienen la grupalidad después de tanto tiempo. Cosas que no necesariamente tengan que ver con el teatro y el humor. Las canciones, ahora estamos trabajando con “La hija de la lagrima” de Charly de cómo es su composición, como él la pensó, como estaba en ese momento.

¿Cómo es el paso del tiempo de Sutottos?

Gadiel: Conectar con las cosas que hacemos. Disfrutar de nuestra labor. Las clases, las obras, generar nuestros materiales, somos conscientes del valor que tienen las cosas que hacemos. Nosotros fuimos criados por una generación muy chocada y crecimos en la actividad pensando que el teatro o la posibilidad de vivir del teatro es algo inalcanzable que solo unos pocos podían “llegar” digamos. Y mientras nos decían eso, nosotros estábamos haciendo obras, con dos personas o cincuenta las hacíamos, o sea, haciendo “el” teatro. Entonces, desde nuestras clases tratamos de comunicar o transmitir que estamos haciendo algo profundo y pasarla bien. Trabajamos mucho para que lxs que vengan a nuestras clases no sea para sufrir, va a haber problemas, trabas, pero no venir a sufrir.

Andrés: Empezamos de adolescentes con Sutottos, asi que lo vamos entendiendo mientras lo vamos haciendo. Y sabemos que nuestro próximo espectáculo va a tener que ver con el anterior. Siempre tratamos de ponerle nombre a lo que estamos haciendo, pero en actividad, porque el teatro a veces peca de pensarse a sí mismo y tiende a alejarse de la actividad. La reflexión y la actividad deberían ir de la mano, para que la reflexión tenga un sentido. A veces hay una verticalidad: autor, director, actor que estaría bueno horizontalizarlo, o sea, que hacer no signifique no pensar. Hacer y pensar juntos. La verdad no la tiene quien está quieto pensando el teatro.

Ricardo Tamburrano

Perdón

Sábados 20 hs. - La carpintería

Jean Jaures 858

Dramaturgia, dirección e intérpretes: Andrés Caminos, Gadiel Sztryk