UN RITUAL PARA HACERSE ESCUCHAR
Sección Teatro - Revista Llegás
Teatro

UN RITUAL PARA HACERSE ESCUCHAR

6 de noviembre de 2025

¿De dónde salen las palabras para narrarnos a nosotras mismas? ¿Qué hacer con una misma cuando todo lo que nos definía desaparece? ¿Cómo afrontar ese abismo de la disolución de la propia identidad? Este es el borde en el que se encuentra Laura, una hija y hermana que, arrancada de sus funciones por el abandono y la muerte, debe vaciar la casa materna y, para hacer frente a esa tarea, decide hacer su propio documental.

Es evidente que sus herramientas como directora son escasas, pero, ante el riesgo del abandono de sí, decide ¿contratar? al muchachito actor de la pescadería del barrio para que encarne a su hermano abandónico y así poder contar su versión de la historia.  

 

El espacio es un living a medio desarmar, lleno de cajas, donde los protagonistas son un teclado y una mesa de trabajo. Desde allí, Laura con su guión técnico irá marcando las diferentes escenas que, como en todo proceso de filmación, no transcurren de modo lineal sino por saltos, yendo de la escena 2 a la 34. En este camino, el espectador tiene que ir reconstruyendo una historia que se presenta completamente fragmentaria y urgente, combinando escenas situacionales, planos de objetos, relatos en off, monólogos testimoniales. 

 

Lo que realmente destaca de la propuesta es el dispositivo juguetón y poético mediante el cual recrean el rodaje con los austeros recursos teatrales. No hay nada parecido a una cámara ni a un proyector (gracias a dios!), sino que con la luz, el vestuario, los objetos y el cuerpo, estos dos actores crean planos medios, generales y primeros planos en la cabeza del espectador.  

 

Lo que se ve en este transcurrir absurdo es el intento de Laura por narrarse a sí misma, por diseñar un punto de mirada propio sobre su historia, sobre su familia y así destronar a su hermano poeta que, como nuestro amigo Tennessee, se arrogó el derecho de usar a su propia familia para subir a la fama y desapareció. El asistente, convocado para encarnar esta ausencia, funcionará como un ente polisémico: el enamorado, el hermano o el fantasma.

 

Los fragmentos de historia, de textos, los objetos rotos, las fotos y los recuerdos de la larga enfermedad de su madre hacen que esta mujer, relegada siempre a un segundo plano, se afirme en sí misma, reclame ser la portavoz de su propia historia aunque por momentos no tenga muy claro quién es ni para qué se está filmando. 

 

A pesar de tocar temas que tienden a la melancolía, la propuesta actoral apuesta por la vitalidad y por mostrar esa máscara que nos ponemos en el intento de salir del lugar de víctima. En vez de hacerse bollito y llorar, Laura arremete de modo caótico con una película autobiográfica que podría nunca ver la luz o bien ser una joya que se estrena en el Malva. Laura se esfuerza por mostrarse dueña de sus acciones, segura y decidida y por abajo no podemos dejar de ver sus grietas. En este cruce entre el humor y el dolor se mueve “Qué hacer con todas estas cosas”   

Por Agustina Soler

 

Ficha técnica:

 

Qué hacer con todas estas cosas

El Grito (Costa Rica 5459)

Miércoles 21 hrs (hasta el 26/11)

Intérpretes: Lisa Caligaris, Martín Elías Costa.

Dramaturgia y dirección: Alejandra Endler


 

Agustina Soler Autor
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