No antropocéntrico
Sección Danza - Revista Llegás
Danza

No antropocéntrico

13 de agosto de 2025

¿No antropocéntrico?

La artista de danza y performance Mayra Bonard estrena una nueva obra en el Centro Cultural Borges. Se trata de un site specific, una propuesta realizada específicamente para el Espacio Infinito del Borges donde estará con funciones durante el mes de agosto. La pieza se titula Tronco, naturaleza viva, y juega con este “ser ¿humano-animal-plantamutante?”, también alter ego de la artista, que “plantea reflexiones, temores y deseos vinculados con la identidad, la relación con el cuerpo propio y ajeno y el carácter de lo anónimo y lo autoral (reflejos de lo humano) en la soledad de este tiempo no-tiempo que vivimos como sociedad”, tal como refleja la gacetilla de prensa.

Bonard, integrante fundadora de El Descueve (aquel grupo icónico de la escena independiente local de la década de 1990), propone con gestos, acciones y movimientos de Tronco, un universo vinculado a las artes vivas. Sostenida en la pregunta acerca de si el futuro será vegetal, la pieza narra una “poética femenina que se expande y traza una línea entre el universo doméstico y el máximo erotismo”, tal como expresa la artista.

En las redes y algunos espacios de las artes visuales ya se conoce a Tronco. El personaje protagonista de esta propuesta surgió en pandemia, en un momento límite que produjo crisis y desesperación en muchas personas. En medio de aquella situación agobiante en la que la creadora trataba de evadir la monotonía del encierro, nace Tronco. Justamente a partir de algunos troncos que Bonard guardaba de Futuro (obra de su grupo Selección natural), en su casa. En un impulso de curiosidad creativa, Bonard se colocó el tronco en la cabeza y comenzó a explorar situaciones en una experiencia personal, en su casa, para luego comenzar a realizar fotografías y dar a luz al que más adelante sería su alter ego.

Tronco es un personaje con cuerpo femenino y cabeza de tronco, sin cara. Una cruza entre la belleza y el erotismo del desnudo con un pedazo de corteza inerte. Una pregunta incómoda entre la corporalidad conocible del humano y la ausencia de rostro, de algo que identifique y otorgue identidad a ese ser que es prácticamente amoral, porque “tiene otra lógica, hace lo que se le canta, no tiene represión, ni entiende de actos y consecuencias de los actos”, como señala Bonard que añade que el cuerpo toma un relieve impresionante, que “es como la mente de Tronco”.

El personaje creció entre imágenes, videos, posteos y reels. Tuvo su espacio propio de interacción de manera virtual como @tronco_z1, del cual la artista posteriormente editó un libro de auto-fotos, además de presentar una muestra en la galería Pabellón 4 Arte contemporáneo.

¿Pero qué encontramos en esta poética que propone un cuerpo femenino con “cabeza de tronco”? ¿Qué planteos hay detrás de un cuerpo “sin rostro”, de un cuerpo con cabeza de árbol?

Si bien esta es una performance para ver al personajes en diferentes situaciones, toda propuesta escénica tiene una dramaturgia, un relato, algo que se manifiesta. Como sostiene Augusto Corrieri (2017)  “dada la ‘nueva realidad’ del Antropoceno, ¿qué encontramos cuando nos alejamos para considerar las cuestiones y los conceptos teatrales?”.  Este investigador se pregunta por una dramaturgia no antropocéntrica, proponiendo un corrimiento de la centralidad del humano en la escena, porque en un mundo atravesado por el desastre ecológico, esta “dramaturgia menor”, que no contempla seres no humanos,  ya queda chica, o no alcanza. Por eso, en el contexto de las nuevas tecnologías (incluida la Inteligencia Artificial interviniendo cada rincón de lo humano), podemos pensar en otras posibilidades que nos expandan hacia el exterior, hacia las fuerzas naturales, a todo el poder de la naturaleza que nos rodea y de la que formamos parte, aunque la destrucción de nuestro ecosistema continúe como si acabar con el planeta no nos concerniera.

El cambio climático es un tema que inquieta a Bonard quien, aunque no lo desarrolla directamente por medio de su alter ego, de alguna manera lo pone en escena en el uso de este resto de árbol, huella de bosque y parte de un hábitat que está siendo devastado.

“Los sujetos no-humanos, tanto cósmicos como terrenales, se han colado a la fiesta y han venido a quedarse” dice Corrieri, y allí podemos ver a Tronco, este ser de sensualidad vegetal, de proposiciones eróticas y espirituales, que quizás se conecta de otra manera con la existencia. Un personaje que trae un universo tan propio como el de la artista, que mete el dedo en el centro de algo que no aún no sabemos, que no alcanzamos a distinguir.

La performance cuenta por primera vez con la colaboración musical de Sebastián Verea, músico y compositor vinculado a la electrónica que investiga y trabaja con IA en relación al Antropoceno.  Sin escenificar esta época en la que nuestro paso como humanos marca al planeta con la huella de lo que puede ser nuestro propio exterminio, Tronco propone abrirnos quizás a esa nueva dramaturgia no antropocéntrica. Una apertura a otras escalas, otras temporalidades, otras comprensiones de la existencia. Y también otras maneras de estar en el mundo, de habitarlo y transitarlo.

Tal vez, estas dramaturgias descentradas que nos orientan hacia el cielo, las estrellas, los insectos o los quarks (Corrieri, 2017), colaboren con su poética a entender que no somos el centro del universo y que necesitamos convivir en la diversidad de la especie, antes de extinguirnos.

dulcinea segura

Ph: Ignacio Sánchez

 

TRONCO, Naturaleza viva

Idea y performer

Mayra Bonard

Composición y músico en escena

Sebastián Verea

Arte

Javier Casals, Mayra Bonard

Centro Cultural Borges

Viamonte 525

Viernes 1, 8, 15

Sábados 2, 9, 16 de agosto a las 20 h

Dulcinea Segura Autor
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